martes, 16 de agosto de 2011

Los Políticos

Salvador Muñoz


Regreso a clases
16 08 11

A Irving Noé, un orizabeño ejemplar... un buen estudiante, un buen hijo, un buen esposo...

Fue el inicio de clases.
Nuestras autoridades de todas latitudes hacen una simbólica inauguración a este nuevo ciclo en preparatorias, donde se forjan nuestras esperanzas, porque la juventud es el futuro de nuestra nación... qué curioso... cuando era niño nos decían precisamente eso y ahora que somos adultos se lo seguimos diciendo a nuestros hijos: Ellos son nuestro futuro... un futuro que nunca llega.

Cuando era niño, mi mamá me decía que le echara ganas, porque ya no bastaba saber multiplicar, restar, dividir y sumar... había que tener secundaria y prepa si quería conseguir un trabajo y una carrera para ganar buen dinero.

Lo paradójico es que ahora no importa tener secundaria, prepa o tener una carrera, igual recibes salarios de miseria a menos que seas hijo de algún político del PRI, tengas algún amigo con “hueso” o que le guste “bañarse en regadera”... pero no para que “salpique”, eso era en mis tiempos... ahora, estos chavos modernos si se bañan en regadera es ¡para que les tallen la espalda con su respectivo “sopla-nuca”.

Recuerdo que mi madre me daba la bendición, una torta envuelta en papel estrasa y algunos centavos para comprarme una “chaparrita”. Hoy, rogamos a Dios porque nuestros hijos no se coman la torta antes del recreo con su chaparrita.

Sí, parece que los tiempos han cambiado radicalmente... aunque parecieran similares.

Para mí, las tablas del 1 al 10 siempre fueron una tortura... ahora, para algunos alcaldes, funcionarios o empresarios, las “tablas” de la A a la Zeta siguen siendo una tortura, más sin continuamente las “repasan”.

Antes, al gandalla de la clase se le decía abusivo; hoy, pomposamente se le llama “bullying” y ya es considerado un “fenómeno social” quizás porque ya lo graban en video y suben a youtube. Antes, como no había nada de eso, aguantábamos callados... o nos hacíamos abusivos.

Recuerdo a “Archibaldo”, de Plaza Sésamo, que nos enseñaba varias cosas como el “Arriba, abajo, enmedio, a través”... hoy, para nuestra sobrevivencia basta aprenderse el “¡Todos abajo!” y mantenernos allí hasta que pase la matraca.

Si había escándalo, con un buen reglazo la maestra nos tranquilizaba; hoy, si hay balaceras, con una canción la maestra tranquiliza a sus niños.

Igual, antes, Plaza Sésamo era para todos... hoy, todos se disputan la plaza.

El juego de policías y ladrones pasó a convertirse en una triste realidad con el “Ponchis”. Los chavos ya no sueñan con ser bomberos, mucho menos policías... ¡hoy quieren ser narcos! aunque para ello les falte una “r”. Son pájaros de cuenta porque la delincuencia organizada “cuenta con sus halconcitos”.
No había tantas pandillas y si las había, pues no pasaba de una madriza, el ojo de cotorra, quizás una patiza pero todo bajo un equilibrado “chile a chile”, sin que nadie se metiera. Claro, si ibas ganando, no faltaba el que se metiera en la pelea, te aplicara tres guamazos, dos patadas hasta que oía un “ai muere, ai muere”. Hoy, los chavos perdieron el valor de la sana competencia de unos buenos “putazos”. Son gandallas, montoneros, usan armas, buscan destruir y en lugar de que sea el vencido quien diga “ai muere”, son ellos los que dicen “ai se muere”.

Eran otros tiempos...

Siempre he estado en contra de esa frase que dice “todo tiempo pasado fue mejor”... pero hoy, le doy la razón cuando sé, que ni yendo a la escuela, nuestros hijos tienen un futuro asegurado ni su integridad segura.

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