Jorge Flores Martínez
27 08 15
No recuerdo alguna obra de Ito sino hasta poco después de 2005, reconozco que me sorprendió como siempre me han sorprendido los arquitectos japoneses, es envidiable su calidad y conceptualización clara y sin deformaciones, por momentos me parece que la misma cultura japonesa con su racionalización extrema y el cuidado ancestral al detalle, la inclinación cultural a lo mínimo y una devoción casi mística al espacio y los materiales son terreno fértil y abonado de grandes arquitectos y esto no debe ser casualidad.
La obra de Toyo Ito es extraordinaria y en todo sentido tiene una estética que sobrepasa su cultura y se entiende universal, creo que lo primero que vi de él fue la torre de los vientos en Yokohama y me pareció un edificio extraño donde algunos arquetipos se veían vulnerados y la arquitectura ahora era transparente con una estructura evidenciada y clara.
Años mas tarde me encontré con el Serpentine Pavilion que me pareció y me parece una obra que determina y nos muestra de manera evidente y material que algo sucede en la arquitectura, que como decía, los arquetipos y nuestra convencional idea de comprender el espacio están en plena y completa transformación, un edifico que explora el deconstructivismo pero lo congela y reintegra en un orden anterior al momento de explosionar. Definitivamente Ito logra una estética que cautiva y que de alguna manera marca estos años de la primera década de este milenio. Ahora esa idea de fragmentación y composición por medio de trazos definidos en su fachada son su marca y sello distintivo.
En Barcelona realiza lo que puede ser una de sus aportaciones más interesantes a la arquitectura, proyecta una reinterpretación de la Pedrera de Gaudi, con esos trazos y curvas que evocan al gran arquitecto catalán. Este proyecto nos demuestra que la arquitectura es una serie de interpretaciones de interpretaciones, que el movimiento moderno se reconsidera constantemente y un siglo después un arquitecto japonés interviene una fachada en la que es más la búsqueda de una estética y belleza que un manifiesto completo y complejo como lo fue Gaudi en su tiempo.
Toyo Ito es un arquitecto fuera de serie, su estética es sencilla y clara, su geometría tiene el atractivo de en su simplicidad parecer perdurable y atemporal, es un arquitecto que impone la belleza sobre cualquier otro atributo o consideración que pudiera tener la obra, después de todo la arquitectura él la comprende bella.
En México podremos ver una obra de Toyo Ito en el museo del Barroco en la Ciudad de Puebla, me parece un proyecto que en un ejercicio de interpretación nos lleva a la arquitectura del Barroco. Considera una planta que como partida arquitectónica se despliega a través de un patio central con una serie de volúmenes que yuxtapuestos conforman el cuerpo del edificio. La fachada y el acceso evocan las iglesias franciscanas con atrio abierto de los primeros años de la colonia. Espero que sea de esos proyectos que por su escala y proporciones sea una vez construido que podamos admirar plenamente su arquitectura.
En lo personal Toyo Ito es un esteta y siempre se ha posicionado a la vanguardia en la arquitectura, las obras más interesantes son las que realizó antes de convertirse en un STARquitecto. Su geometría en una sencillez extraordinaria, el trazo y su liberad proyectual son un ejemplo para todos los arquitectos, esperemos que su intervención en Puebla se constituya en un referente en la arquitectura mundial de los próximos años.
Jorgeflores1mx@me.com
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